Tresmano, Castillo de Peñafiel, Dehesa de los Canónigos. Vino, bodegas, cultura y turismo en La Milla de Oro
El vino no es sólo un alimento, es cultura. Cuando recorremos con la mirada todo ese enorme campo de vida los pies del imponente Castillo de Peñafiel es simplemente impresionante. Esa mezcla de la naturaleza con la obra del hombre que perdurará en el tiempo nos hace afortunados de vivirlo de cerca y sentirlo al catar sus nobles vinos que emergen de la denominada Milla de Oro de la Ribera del Duero.
Por: Mary Carranza
En octubre nos movimos por varias bodegas que cada una nos sorprendió gratamente no sólo por sus buenos caldos sino también que todas tienen una didáctica historia que con tar. Historias de emprendedores, de amistad y ambición por hacer de esta tierra una de las más importantes de la industria vitivinícola de esta región.
Tresmano, tiene una interesante historia de su creación pues han sido tres amigos con trayectoria en enología que los llevó a crear una bodega que a día de hoy produce entre 130 mil botellas de vino. Recordando que su primera añada fue en 2014. El nombre elegido -no por detrás- sino por acrónimo alfanumérico de la palabra Trasmano y la unión de tres amigos, Fernando Ramírez de Ganoza, José Ramón Ruiz y Pedro Aibar unen fuerza para dar forma a este moderno proyecto que se erige imponente en medio de un gran campo de vid vigilado por un milenario olivo que nos da la bienvenida a Tresmano.
Laura Mencia, nuestra guía en esta visita nos cuenta todos los secretos que guardan estos viñedos y sus nobles vinos. Sus vinos son una mezcla de diferente terral y altitudes. Lo más importante que resaltan es que trabajan con los viñedos más antiguos de la Ribera del Duero -de media tienen unos 60 años pero hay algunos que superan los 80 para los vinos de TresMano (60 años) y para los Proventus se utilizan los viñedos más jóvenes. Todos los vinos son tempranillos, excepto uno que es cien por cien Albillo mayor que antiguamente se utilizaba para mezclarlo con el tempranillo y darle otra acidez.

La cosecha se hace a mano y pasa a una selección y limpieza para pasar al deposito en la bodega y
luego a barrica de roble francés y austriaco.
Dehesa de los Canónigos
Seguimos el recorrido por la carretera de Renedo a Pesquera de Duero y llegamos hasta una entrada rodeada de viñas y asoma al fondo una construcción con claramente influencias vascas de sus anteriores propietarios. Hoy es el hogar de la familia Sanz Cid, quienes atesoran estas tierras y la pasión por el vino.
Como anfitriones nos acogen Belén e Iván Sanz Cid, dos de los cuatro hermanos que actualmente dirigen la bodega. Los viñedos se trabajan con practicas sostenibles y con respeto por la tierra. La finca cuenta con 600 hectáreas, cuenta con variedades: Tinto fino, Cabernet Sauvignon, Merlot y Albillo Mayor.
Los viñedos son cultivados ecológicamente. Una de ellas está destinada para acciones nobles: Viñedo Solidario. Lo recaudado con la venta de la cosecha va directamente para un proyecto social.
Sus instalaciones entre modernas e históricas como barricas centenarias y muros de adobe que dan realce a la construcción que nos sorprende en la entrada con una puerta obra artística creada por Raúl Mejías con motivo del 25 aniversario de la bodega. El arte y el vino.
Otro de los espacios que no pasaron desapercibidos fue su encantador jardín privado exquisitamente diseñado y bien cuidado que refleja la atención que da la familia a cada rincón de la finca.

La cata nos presenta tres vinos que refleja el trabajo de la bodega: Dehesa de los Canónigos Crianza 2019, envejecido durante 15 meses en roble americano. Solideo Reserva 2021 un tinto fino, Cabernet Sauvignon y Albillo Mayor de crianza en roble francés y americano que le aporta notas balsámicas. Y Luzianilla 2021, el
gratamente presentado pues se dijo que se había agotado. María Luz Cid, matriarca de la familia, nos ofreció dos botellas de su reserva personal. Un clarete de guarda, elaborado en su honor. Tradición de un rosado ribereño. La etiqueta, una acuarela de Paco Somoza, es el reflejo de su pasión por las rosas, El vino, fresco con cuerpo cerró el circulo de la pasión familiar.
