La caída de “El Monstruo”
Erick Luis Moreno Hernández (33), alias El Monstruo, cabecilla de la organización criminal Los Injertos del Cono Norte, era el hombre más buscado del país. Por información que permitiera su detención, el Programa de Recompensas
del Ministerio del Interior ofrecía un millón de soles. Su captura, lograda en Paraguay, expuso dos caras de una misma moneda: por un lado, la eficacia de la Policía Nacional del Perú (PNP); por otro, la sombra de la corrupción interna, con agentes que filtraban operativos y protegían al prófugo.
Por: Gerardo Porras
Moreno Hernández permaneció tres años en calidad de prófugo. En diciembre de 2022 fue condenado a 32 años de prisión por los delitos de hurto, homicidio, sicariato y micro comercialización de drogas.
Cada vez que la Policía lograba ubicarlo, miembros de la propia institución le alertaban sobre el operativo, permitiéndole escapar. Según el jefe del Departamento Contra el Crimen Organizado de Paraguay, Luis López, en marzo pasado ya se tenía localizado al peligroso delincuente.
Sin embargo, durante un intento de captura, Moreno huyó tras recibir una llamada internacional. Esa fuga confirmó
lo que ya se sospechaba: El Monstruo contaba con una red de protección que operaba entre Brasil, Bolivia y Paraguay.
Durante su detención en San Lorenzo, la Policía paraguaya reveló que Moreno ofreció el doble de la recompensa peruana —dos millo- nes de dólares— para evitar ser capturado. La propuesta fue rechazada.
Nacido el 15 de marzo de 1991, Moreno inició su carrera delictiva desde joven. Tras mudarse al barrio de Belar, en el distrito limeño de Comas, fue conocido como “Chonguito” o “Chino Belaunde”. En sus primeras incursiones, se dedicó al tráfico de nichos en cementerios: profanaba tumbas y revendía los espacios a familias necesitadas.
También trabajó como mototaxista en las inmediaciones del mercado Huamantanga, donde fue denunciado por apropiarse de mercadería valorizada en S/3,000.
De los hurtos menores pasó al robo de vehículos, y de banda en banda ascendió hasta liderar a Los Injertos del Cono Norte, una organización temida en Lima Norte. Su nombre saltó a las páginas policiales en 2020, cuando ordenó el secuestro de los empresarios Milton Corales Cala y Érica Frutillo Fernández. La Policía logró rescatarlos, pero en
el operativo murió un agente de la División de Secuestros, abatido por los cómplices del cabecilla.
En diciembre de 2023, Moreno estuvo implicado en el secuestro de una adolescente de 12 años, por cuya liberación exigió tres millones de soles. La menor fue liberada cinco días después, aunque nunca se confirmó si el rescate
fue pagado. La familia, siguiendo instrucciones del delincuente, evitó colaborar con la Policía.
También se le vincula con el secuestro de Lucero Trujillo, de 27 años, hija de un empresario frigorífico. Por ella pidió un millón de dólares. La joven logró escapar de la vivienda donde la mantenían cautiva, en Carabayllo, y
regresar con su familia.
Como líder de Los Injertos del Cono Norte, Moreno también estuvo involucrado en el secuestro de la empresaria Jackeline Salazar, propietaria de una cadena de gimnasios.
Hoy, El Monstruo enfrenta su destino. Según señaló el ex ministro de Justicia, Juan José Santiváñez, será internado en la Base Naval del Callao, junto a otros reos de alta peligrosidad. De allí no podría fugarse.
